En Mallorca el término possessió hace referencia a una gran extensión de terreno dedicada a la producción agrícola y ganadera, perteneciente a un propietario y vinculada a una casa situada en el mismo terreno. Su origen se remonta al siglo XIII con la conquista catalana de la isla de Mallorca por parte de Jaime I, cuando las tierras se repartieron entre los nobles que participaron.
Provienen de los antiguos cobertizos y alquerías islámicas.

La posesión era el elemento fundamental en la economía y la sociedad de la campiña tradicional mallorquina. Eran unidades de producción independientes, capaces de autoabastecerse Vivía y trabajaba una gran cantidad de jornaleros o mensajes, habitualmente bajo las órdenes de un arrendatario o dueño que explotaba la finca a cambio del pago de una renta anual al propietario o señor.

Las diferentes zonas de la finca: las áreas forestales, los pastos, las rotas, los sembrados, las viñas o los huertos, podían ser explotados por el mismo dueño o estar bajo arrendamiento de personas diferentes.

Las casas eran el centro neurálgico de estas unidades de producción. Agrupaban tanto las dependencias destinadas a vivienda, como las agrícolas, ganaderas y de transformación de productos (almazara, bodega, molino…) La organización estructural varía de unas a otras,  muchas veces en función del terreno. Las hay que se disponen en línea recta ante un patio delantero, como Es Cosconar; las hay con planta en forma de letra ele, como las casas de Binifaldó, y las hay dispuestas formando un cuadrado alrededor de un patio central descubierto, como las casas de Escorca.

Había muchas que también contaban con espacios destinados a los propietarios: las casas de los señores. Solían contar con más lujos que las casas destinadas a los dueños y los acabados y
materiales podían ser más suntuosos.

Los cambios socioeconómicos que provocó la llegada del turismo a Mallorca precipitaron la decadencia de la agricultura y, por tanto, de la economía productiva de las possessions y del sistema de vida que representaban. Muchas se parcelaron, mientras otras se convirtieron en exclusivas segundas residencias. Unas pocas aún se dedican ala producción agrícola o ganadera y las hay que combinan dichas actividades con la de agroturismo.