La relación del hombre con los bosques ha cambiado radicalmente en relativamente poco tiempo. Se pasó de tener una relación eminentemente económica, como lugar de extracción de recursos (madera, leña, carbón, …), a ser fundamentalmente un espacio de ocio y sufrir las consecuencias del crecimiento urbanístico.

A parte de la función ambiental y productora, los bosques realizan una importante función ambiental a través de su papel en: la fijación de carbono, la mejora en la calidad del aire, la regulación hídrica, la protección del suelo frente a procesos erosivos o la conservación de la biodiversidad.